Salvador Porqueras nace en Villanueva del Campo (Zamora) en 1959. Algunos años después sus padres Marcos y Felisa se asientan definitivamente en Castroverde de Campos, y a los pocos años inicia en Toro el Bachillerato Elemental, y posteriormente concluye en Valderas (León) el Bachillerato Superior. En la Universidad de Valladolid se diploma en Magisterio, a la vez que trabaja en el Mesón del Labrador, en Castroverde, con Cecilio Lera y Minica Collantes. Por Castroverde pasan artistas zamoranos como Coomonte, Antonio Pedrero, de los que aprende de sus comentarios sobre el arte y la estética. Y es allí, entre pucheros y cazuelas en donde empieza a interesarse por la pintura medieval, que plasma en sus creaciones pictóricas. Se desarrolla profesionalmente en el campo de la enseñanza en Catalunya, en donde se ubica en 1984, hasta hoy.
Su pintura, de formación autodidacta, es una divulgación permanente de los valores artísticos que guardan su comunidad de nacimiento - Castilla y León -, y los de la comunidad en donde reside - Catalunya -. Sus fuentes de inspiración emanan del románico San Isidoro de León, del románico de Sant Climent de Taüll (Lleida), y de las ilustraciones de los Beatos, ( libros que se desarrollaron en los Monasterios castellanos y leoneses en la Edad Media y que guardan unas miniaturas que son dignas de contemplar, admirar y divulgar).
Define su aportación pictórica artística como la propia de un ?ecoartista?, ya que los soportes de sus pinturas son maderas de puertas antiguas que él mismo recicla, baldosas de aquellas que nuestras abuelas daban de rojo y brillaban en los pasillos y cocinas, o centenarias tejas de viejos palomares y de casas de tapial y adobe, paradigmas de nuestro paisaje rural y agrario en Tierra de Campos. Representa en estas superficies, ora planas, ora convexas, las labores propias de nuestra tierra, en donde se recuerdan los duros trabajos agrícolas de nuestros antepasados.
También plasma con sus pinceles las famosas ilustraciones de Las Cántigas de Santa María, de Alfonso X el Sabio, en maderas o baldosas recuperadas de esos viejos suelos de casas derruidas. Pero lo que define su obra es la representación, siempre interpretada, de la policromía del mejor románico castellano, que se encuentra en León, en San Isidoro.
Ésta es parte de su obra. [-]